CURIOSIDADES DE LA GENÉTICA

De Mendel a las mutaciones

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De Mendel a las mutaciones

CURIOSIDADES DE LA GENÉTICA

De Mendel a las mutaciones

viernes, 6 de marzo de 2020

Mutaciones



MUTACIONES



El botánico Hugo de Vries, en sus estudios sobre herencia mendeliana en la planta, encontró que la herencia en la mayoría de las especies generalmente era ordenada y predecible, como ocurría en el poroto. Sin embargo, pudo observar que cada tanto aparecía alguna variante que no estaba presente ni en los progenitores ni en ningún antecesor de estas mismas plantas.
A partir de lo ocurrido De Vries planteo una hipótesis, donde determinó que estas variantes surgían como resultado de cambios súbitos en los genes y que la variante producida por un gen cambiado se transmitía luego a la progenie, como lo hace cualquier otra característica hereditaria. De Vries denominó mutaciones a estos cambios hereditarios repentinos, y a los organismos que exhibían estos cambios, mutantes. Los conceptos propuestos por de Vries no resultaron tan erróneos, el concepto de mutación como fuente de la variación genética demostró ser de suma importancia, aunque la mayoría de sus ejemplos no eran muy válidos.
Hoy se sabe que las mutaciones son cambios abruptos en el material genético. Como resultado de las mutaciones, existe una amplia gama de variabilidad en las poblaciones naturales. En un ambiente heterogéneo o cambiante, una variación determinada puede darle a un individuo o a su progenie una ligera ventaja, como así también un efecto negativo provocando la extinción de una especie. En consecuencia, aunque las mutaciones no determinan la dirección del cambio evolutivo, constituyen la fuente primaria y constante de las variaciones hereditarias que hacen posible la evolución.


"Una mutación es un cambio heredable en el material genético de una célula".


En la naturaleza las mutaciones se originan al azar y, aunque las causas siguen siendo inciertas, se conocen bastantes agentes externos, mutágenos, que pueden producir mutaciones como: las radiaciones ambientales sustancias químicas. Una mutación en una célula somática, puede provocar alteraciones en el organismo en el que se presente; pero desaparece en el momento en que muere el individuo en que se originó. Sin embargo, las mutaciones en las células sexuales, óvulos y espermatozoides, pueden transmitirse como rasgos hereditarios diferenciadores a los descendientes del organismo en los que tuvo lugar la mutación.
Se distinguen varios tipos de mutaciones en función de los cambios que sufre el material genético.
1. Mutaciones cromosómicas . Este tipo de mutaciones provoca cambios en la estructura de los cromosomas.
    • Deleción. Implica la pérdida de un trozo de cromosoma; los efectos que se producen en el fenotipo están en función de los genes que se pierden.

    • Duplicación. En este caso existe un trozo de cromosoma repetido.

  1. Mutaciones genómicas. Este tipo de mutaciones afecta a la dotación cromosómica de un individuo, es decir, los individuos que las presentan tienen en sus células un número distinto de cromosomas al que es propio de su especie. No son mutaciones propiamente dichas, porque no hay cambio de material genético, sino una aberración, la cual suele ser el resultado de una separación anormal de los cromosomas durante la meiosis, con lo que podemos encontrarnos individuos triploides (3n)tetraploides (4n), etc.


Estos poliploides así formados son genéticamente muy interesantes en las plantas cultivadas, y hoy en día la mayoría de variedades gigantes de fresones, tomates, trigo, ... que existen en el mercado, tienen este origen.
En el hombre, existen varios síndromes provocados por la falta de separación de una pareja de cromosoma homólogos durante la meiosis, con lo cual permanecen unidos y se desplazan juntos a un mismo gameto provocando lo que se denomina trisomía, es decir un individuo con un cromosoma triplicado.
En los siguientes esquemas, tenemos las trisomías más frecuentes tanto en los autosomas, como en los cromosomas sexuales.


ALTERACIONES EN LOS AUTOSOMAS


SÍNDROME

TIPO DE MUTACIÓN

Características y síntomas de la mutación

Síndrome de Down

Trisomía 21
Retraso mental, ojos oblicuos, piel rugosa, crecimiento retardado

Síndrome de Edwars

Trisomía 18
Anomalías en la forma de la cabeza, boca pequeña, mentón huido, lesiones cardiacas.

Síndrome de Patau

Trisomía 13 ó 15
Labio leporino, lesiones cardiacas, polidactilia.




ALTERACIONES EN LOS CROMOSOMAS SEXUALES


Síndrome de Klinefelter

44 autosomas + XXY
Escaso desarrollo de las gónadas, aspecto eunocoide.

Síndrome del duplo Y

44 autosomas + XYY
Elevada estatura, personalidad infantil, bajo coeficiente intelectual, tendencia a la agresividad y al comportamiento antisocial.

Síndrome de Turner

44 autosomas + X
Aspecto hombruno, atrofia de ovarios, enanismo.

Síndrome de Triple X

44 autosomas + XXX
Infantilismo y escaso desarrollo de las mamas y los genitales externos.


3. Mutaciones génicasSon las verdaderas mutaciones, porque se produce un cambio en la estructura del ADN. A pesar de todos los sistemas destinados a prevenir y corregir los posibles errores, de vez en cuando se produce alguno en la réplica, bien por colocarse una Citosina (C) en lugar de una Timina (T), o una Adenina (A) en lugar de una Guanina (G); o bien porque el mecanismo de replicación se salta algunas bases y aparece una "mella" en la copia. O se unen dos bases de Timina, formando un dímero.





Aunque se trate de un cambio de un nucleótido por otro, supondrá una alteración en la secuencia de un gen, que se traduce posteriormente en una modificación de la secuencia de aminoácidos de una proteína.
Al transcribirse la mutación, al menos un triplete del ARNm , se encuentra modificado y su traducción da lugar a que se incorpore un aminoácido distinto del normal en la cadena polipeptídica. Es un cambio que aunque la mayoría de las veces va a ser perjudicial, en contadas ocasiones puede provocar que mejore un gen y gracias a esta característica se sintetice una proteína distinta, que tenga propiedades distintas o participe en la formación de estructuras más eficaces.
En estos casos raros, pero esenciales para la evolución de las especies, los individuos portadores de la mutación poseen ventajas adaptativas respecto a sus congéneres, por lo que el gen mutado es posible que con el tiempo, y gracias a la selección natural, sustituya al gen original en la mayoría de los individuos que componen la población.

Fuente de consulta: 

González, C. (s.f.) Mutaciones. Recuperado de: http://www.botanica.cnba.uba.ar/Pakete/Dibulgeneral/LasMutaciones/Mutaciones.htm

Hemofilia en la realeza europea


Reina Victoria I de Inglaterra
Reina Victoria I de Inglaterra 


El misterio de la hemofilia de la reina Victoria I de Inglaterra que legó a las monarquías de EuropaLas monarquías europeas se contagiaron de un peligro común desde el momento en que la reina Victoria I de Inglaterra dio a luz a nueve hijos fruto de su amor con el rey consorte, el príncipe Alberto. La reina, quien era portadora del gen de la hemofilia, legó esta maldición a tres de sus hijos. Estos la continuaron a lo largo de la Historia debilitando la sangre azul de la aristocracia europea.

No hizo falta ningún arma para desangrar los varones de las distintas familias reales de Europa, emparentadas directamente con la soberana. Un enemigo imbatible se encontraba dentro de la propia genética de los descendientes de la reina. En el ADN real estaba escrita la tragedia y la muerte con tinta escarlata: la hemofilia (déficit del factor VIII), una maldición que cambiaría el curso de la Historia en el continente.

¿Cómo se inició la enfermedad en la reina?

Existen dos teorías sobre la aparición de este mal dentro de la realeza. Lo únco claro es que su origen se remonta a Victoria I, de Inglaterra. Como ninguno de los progenitores padecían del déficit del factor VIII, se cree que o bien la reina fue hija adulterina o bien fue uno de los rarísimos casos de mutación de novo (un gen que aparece por primera vez en una familia). Un capricho de la naturaleza que tiene una probabilidad de darse en una persona entre 15.000.
En caso de que fuera el fruto de una relacion extramatrimonial, sería probable que la princesa Victoria de Sajonia Coburg –la madre de la reina– hubiera tenido un amorío fuera del lecho conyugal de su marido, el duque de Kent –supuesto padre de la emperatriz y hermano del rey Guillermo IV–. Con tan mala suerte que el amante resultó ser hemofílico, legándole el gen a su hija.
De esta manera, un «affaire» aristocrático iniciaría el legado maldito de la enfermedad real. La gran tragedia que estaría al acecho de los sucesores del trono, todos hijos, nietos y bisnietos de «la abuela de Europa».
«La primera portadora del gen mutante de la hemofilia fue sin duda la reina Victoria. La enfermedad la transmiten a su descendencia mujeres portadoras que no presentan síntoma alguno. La zarina, princesa de Hesse, era nieta de la reina Victoria por parte de madre. La reina tuvo otras dos hijas portadoras del gen, que también tuvieron sendos hijos hemofílicos, y que por tanto transmitieron el gen a los miembros de la realeza inglesa y española», defiende Thomas Dormandy en su obra «El peor de los males: La lucha contra el dolor a lo largo de la Historia».

¿Qué es la hemofilia?

Esta patología se manifiesta en graves hemorragias. Las personas afectadas carecen del factor VIII, la proteína responsable en la coagulación. Al presentarse esta deficiencia los hemofílicos están expuestos a sufrir pérdidas incontrolables de sangre (internas o externas). Su presencia está sujeta a portadoras, siempre mujeres, y hemofílicos, siempre varones.
Esta enfermedad es inevitable y no tiene cura, está escrito en el ADN del afectadoEl gen ligado al cromosoma X (como así también se le conoce) se hereda a través de la madre, la portadora, quien carga con ese registro pero que no suele presentar síntomas de mala coagulación. Si un hombre hemofílico tiene una hija, ésta será heterocigota (portadora del déficit de factor VIII), por lo general no presentan ningún síntoma. No obstante, el varón enfermo no transmite el crosoma a su hijo.

Herencia de la patología

Salvo por una mutación del novo, o la aparición esporádica, como pudo haberle ocurrido a la soberana, el déficit de factor VIII se hereda de dos maneras: la progenitora puede hacer heterocigotas a sus hijas y hemofílicos a sus sucesores. O también se puede producir el caso del padre sintomático, que aunque no lega el cromosoma X a su sucesor (finalizando en este caso la enfermedad), sí convierte en portadora a la niña, la cual a su vez seguirá extendiendo la enfermedad a través de sus descendientes.
Dentro de esta patología, existen manifestaciones más o menos severas. La más grave, que afectó a los descencientes de Victoria I de Inglaterra, fue el trastorno de coagulación A. La dolencia se debe a la carencia del factor VIII, o la llamada proteína de coagulación. Hijos, nietos y bisnietos de la soberana, no solo heredarían títulos y atenta mirada de la desgracia, con ello también serían presos de dolores intensos y de muertes repentinas, las cuales desestabilizarían la línea sucesoria de las diferentes casas reales.
Los afectados de la vieja aristocracia presentaban los síntomas comunes: hemorragias, hematomas extensos, dolores fuertes y rigidez en las articulaciones y en los músculos a causa del hinchazón que provocaba las pérdidas de sangre, que aparecían sin ningún evento traumático.
Uno de cada 15.000 personas padecen esta enfermedad, según los datos de la WFH (Federación Mundial de la Hemofilia). Aunque es una enfermedad poco común, todavía no se ha encontrado ninguna cura. No obstante, a día de hoy puede controlarse con inyecciones de factor VIII.

La herencia de la sangre azul

Tres de los nueve hijos de Victoria y Alberto heredaron este déficit de coagulación. Dos de las princesas, Alicia y Beatriz, fueron portadoras, así como el menor de sus hijos, Leopoldo, fue hemofílico. Este príncipe contrajo, a su vez, nupcias con la princesa austríaca Helena Waldeck. El matrimonio tuvo una niña llamada Alicia, la cual heredaría el gen que más tarde se reproduciría en el ADN de su hijo Ruperto. Tanto el abuelo y el nieto murieron por causa de una hemorragia cerebral. El primero se mató tras un traumatismo en la cabeza después de una caída y el segundo en un accidente automovilístico.
Alicia se casó con el duque de Hesse, de la Casa Real de Prusia. El matrimonio tuvo siete hijos, entre los cuales tres fueron marcados por el gen. Federico, uno de ellos, murió a la edad de dos años y medio desangrado a causa de esta enfermedad y las hijas, Irene y Alejandra, legaron a sus propios hijos la hemofilia.
Irene se casó con Enrique de Prusia y fue madre de tres hijos. Dos de ellos fueron hemofílicos, el primogénito, Enrique, murió a la edad de 4 años y otro de ellos, Waldemar, a pesar de estar marcado por la maldición, vivió hasta los 56 años. Otro, Segismundo, afortunadamente se salvó de esta herencia genética.
La que fue la última zarina de Rusia, Alejandra (en su origen llamada Alix), se casó con el zar Nicolás II. El matrimonio tuvo cuatro hijas Olga, Tatiana, María, Anastasia y el ansiado varón Alexis. Sin embargo la espera fue en vano, el niño nació enfermo.
El zarevich fue el hemofílico más famoso de la historia. «¡Por favor déjame morir, para no sufrir más!» gritaba el pequeño a su madre, la zarina, a causa de la tortura que le producían las hemorragias internas. No obstante, ese fatal destino sanguíneo se fustraría con el fusilamiento de la Familia Imperial en julio de 1918, aunque de esta manera nunca se pudo saber si las chicas eran heterocigotas.
La hemofilia se introdujo en la Familia Real española a través de la princesa Beatriz, la otra hija portadora de la reina Victoria I. Su sacra unión con el duque de Battenberg en 1885 trajo cuatro hijos. Leopoldo y Mauricio fueron hemofílicos. El primero murió en una intervención quirúrgica, a los 33 años, y el segundo una hemorragia abdominal, con 19 años, tras sufrir un accidente automovilístico).
Sin embargo, la enfermedad no se terminaría ahí, su hija Victoria Eugenia heredó a través de su madre una copia del gen. El destino de los Borbones se rodeó de esta enfermedad, cuando la nieta de la soberana inglesa se casó con el Rey Alfonso XIII en 1906.
El matrimonio tuvo siete hijos, dos mujeres y cinco varones, de los cuales Alfonso y Gonzalo fueron víctimas del legado de su abuela. Alfonso, Príncipe de Asturias, nació con este mal. No gobernó porque renunció a sus derechos cuando decidió casarse con una plebeya, llamada Edelmira Sampedro. Murió a la edad de 31 años a causa de una hemorragia interna, causada por un accidente automovilístico.
Gonzalo, el benjamín del matrimonio, murió a los 20 años por un sangrado interno abdominal tras sufrir un impacto en un coche contra un muro.
Fuente de consulta
Miras, E. (2017) El misterio de la hemofilia de la reina Victoria I de Inglaterra que legó a las monarquías de Europa Recuperado de: https://www.abc.es/historia/abci-misterio-hemofilia-reina-victoria-inglaterra-lego-monarquias-europa-201709261726_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F

Hemofilia


Qué es la hemofilia?


La hemofilia es un trastorno hemorrágico donde la coagulación de la sangre está alterada. Las personas que sufren esta enfermedad sangran durante un periodo más largo de tiempo.
Esta patología implica la falta o deficiencia de factores de coagulación, elementos que, junto con las plaquetas, se encargan de taponar la lesión de los vasos sanguíneos y reducir el sangrado. 

Causas

En el momento en el que alguna parte del cuerpo sangra, se producen determinadas reacciones que ayudan a la formación de coágulos y que, de esta manera, pueda cesar el sangrado.
En este proceso participan proteínas que se denominan factores de coagulación, elementos que se presentan con una cantidad deficiente en el organismo de las personas con hemofilia.
En términos generales, la hemofilia es hereditaria, es decir, que esta afección puede transmitirse de padres a hijos a través de los genes.
En pocas ocasiones, la hemofilia se presenta como trastorno adquirido y esto sucede cuando el cuerpo genera anticuerpos que atacan los factores de coagulación de la sangre e impiden que realicen su función. 

Síntomas

El síntoma principal de la hemofilia es el sangrado incesante durante un plazo amplio de tiempo, pero en los casos más leves no se advierten signos de padecer la enfermedad hasta que el paciente se somete a una cirugía o sufre un traumatismo.
En los casos más graves se puede presentar sangrado sin ninguna causa aparente y, también, hemorragias internas, especialmente en las rodillas, los tobillos y los codos. En algunas ocasiones, este sangrado puede lesionar órganos o tejidos internos.   

Prevención

Según la Federación Española de Hemofilia (Fedhemo), en los casos en los que la hemofilia es hereditaria, es difícil prevenirla ya que es una afección que tiene su origen en la genética.
Así, para prevenir sangrados excesivos en las personas hemofílicas es necesario que eviten las hemorragias o que las atajen de forma precoz. En el caso de que sean graves, es prioritario que el paciente reciba tratamiento de un especialista.
Además, debe fomentarse  el ejercicio cotidiano, evitando el deporte de contacto, y la alimentación saludable
Pareja corriendo al atardecer.
Practicar deporte ayuda a prevenir la enfermedad.

Tipos

Existen dos tipos de hemofilia:
  • Hemofilia A: También denominada clásica, conlleva la deficiencia o ausencia de factor VIII (glucoproteína contenida en el plasma sanguíneo). Está causada por un rasgo hereditario recesivo ligado al cromosoma X.

    En el caso de las mujeres, al tener dos cromosomas X, si uno de ellos no puede cumplir su función, el otro puede producir suficiente factor VIII. Pero en el caso de los hombres, estos sólo disponen de un cromosoma X, por lo que, mientras que las mujeres pueden ser portadoras del gen y transmisoras a sus descendientes, los hombres sí padecen hemofilia.
     
  • Hemofilia B: Este tipo también se denomina enfermedad de Christmas e implica la deficiencia o falta de factor IX.

    Este factor defectuoso también se encuentra en el cromosoma X por lo que las mujeres pueden ser portadores, mientras que los hombres no pueden equilibrar la falta del gen y padecen hemofilia.

Diagnóstico

Para diagnosticar la hemofilia es necesario que se produzca un episodio anormal de sangrado.
En el caso de que algún familiar la padezca, es posible que el especialista determine, mediante un análisis de sangre, que el paciente también sufre el trastorno. 

Tratamientos

El tratamiento de esta patología consiste en reponer el factor de coagulación que falte a través de terapia intravenosa.
Es importante que el paciente informe al cirujano de que padece esta enfermedad antes de realizarse una cirugía y, sobre todo, al entorno familiar y social para extremar de esta manera las medidas de cuidado. 

Otros datos

La hemofilia, junto con sus síntomas, puede ser leve o grave, dependiendo de la cantidad de factor de coagulación que haya en la sangre del paciente. 
Aproximadamente, siete de cada diez personas que sufren la enfermedad la padecen en su forma grave según la Federación Española de Hemofilia.
En la mayoría de los casos, las personas con hemofilia pueden realizar sus actividades con total normalidad. Pero en los casos en los que se produzca sangrado interno, las articulaciones suelen verse afectadas.
La probabilidad de fallecimiento por esta enfermedad es muy reducida y afecta en mayor medida a los varones.

Fuente de consulta
Cuidateplus.com (2016) Hemofilia. Recuperado de: https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/medicina-interna/hemofilia.html

Herencia ligada al sexo


Herencia ligada al sexo

La especie humana posee 46 cromosomas dispuestos en 23 pares, de esos 23 pares 22 son somáticos o autosomas (heredan caracteres no sexuales) y uno es una pareja de cromosomas sexuales (llamados también heterocromosomas o gonosomas) , identificados como XX en las mujeres y como XY en los hombres.
Esta pareja de cromosomas sexuales no solo llevan los genes que determinan el sexo, sino que también llevan otros que influyen sobre ciertos caracteres hereditarios no relacionados con el sexo.

xx
Cromosomas sexuales XX y XY no solo definen el sexo de la descendencia.
Hay caracteres que sin ser caracteres sexuales primarios (órganos genitales, gónadas) o secundarios (barba del hombre, pechos de las mujeres), solo aparecen en uno de los dos sexos, o si aparecen en los dos, en uno de ellos son mucho más frecuentes.
A estos caracteres se les denomina caracteres ligados al sexo .

Variantes en la herencia ligada al sexo

Vimos que los cromosomas sexuales constituyen un par de homólogos (XX en la mujer y XY en el hombre); sin embargo, en el par XY un segmento de cada cromosoma presenta genes particulares y exclusivos (segmento heterólogo, llamado también diferencial o no homólogo), la porción restante de los  cromosomas del par XY corresponde al sector homólogo, como se grafica en el esquema siguiente:
Herencia_sexo003
.
Los varones sólo llevan un representante de cada gen ubicado en el sector heterólogo del X (en tanto poseen un X) y las mujeres portan dichos genes por pares (en tanto poseen dos X). Por consiguiente, la transmisión y expresión de estos genes dependen del sexo de los individuos.
Entonces, la herencia ligada al sexo se refiere a la transmisión y expresión, en los diferentes sexos, de los genes que se encuentran en el sector no homólogo (heterólogo) del cromosoma X heredado del padre.
También podemos decir que la herencia ligada al sexo no es más que la expresión en la descendencia de los genes ubicados en aquellas regiones del cromosoma X que no tienen su correspondencia en el cromosoma Y.
En el sexo femenino, la presencia de dos cromosomas hace que los genes contenidos en estos se comporten como si se encontraran en autosomas, con normalidad.
herencia_sexo005
Daltonismo y hemofilia, dos anomalías recesivas ubicadas en el segmento diferencial del cromosoma X.
Así, pues, un carácter determinado por un gen del cromosoma aparecerá si la mujer tiene un alelo dominante en cada uno de estos cromosomas, o si tiene dos alelos recesivos, uno en cada uno de ellos (homocigota en ambos casos).
Si, en cambio, la mujer es heterocigota para ese carácter, igual se manifestará el alelo dominante. Es decir, se trata de un modelo de herencia clásico y normal, comparable a los mencionados en las leyes de Mendel.
El caso del hombre es radicalmente distinto. Si los genes se encuentran en la zona del cromosoma que tiene su parte correspondiente (homóloga) en el , actúan como en el caso anterior.
De hecho, se han encontrado algunos alelos en los sectores homólogos de los cromosomas XY (llamados genes pseudoautosómicos) y dadas las características de estas regiones especiales de los cromosomas sexuales, los trastornos producidos a causa de estos genes se heredarán de acuerdo a las leyes genéticas que rigen la herencia autosómica (o sea, funcionan igual que los autosómicos).
Pero es mucho más frecuente que los genes estén en una parte del cromosoma que no tenga correspondencia en el . Si esto sucede, los alelos se manifestarán siempre, ya sean dominantes o recesivos.
Por tanto, debemos recordar que los genes ligados a los cromosomas sexuales pueden ser tanto recesivos como dominantes.

Herencia recesiva ligada al sexo

En los hombres, los cromosomas X e Y se pueden aparear durante la meiosis (en la Profase I) por sus fragmentos homólogos y por tanto se pueden producir entrecruzamientos en esta zona.
Herencia ligada al cromosoma Y o herencia holándrica
Todos los genes que se encuentran en el segmento diferencial o no homólogo del cromosoma Y son heredados únicamente por los hijos varones y se manifestarán en todos los hombres que los lleven y sólo en los hombres, independientemente de que sean dominantes o recesivos.
La transmisión de los genes situados en el segmento no homólogo del cromosoma Y es la herencia holándrica ..
Holándrico:
(Del griego olos, todo, y alter, hombre). Dícese de la transmisión hereditaria de una tara o de una enfermedad que se realiza de un padre a todos sus hijos, quedando indemnes las hijas. Está ligada a genes situados en el segmento no homólogo del cromosoma sexual Y constituyéndose en una variedad de herencia ligada al sexo.
x
Thomas Hunt Morgan (25 de septiembre 1866 - 4 de diciembre 1945), genetista estadounidense, quien concluyó que algunos caracteres se heredan ligados al sexo.
Herencia ligada al cromosoma X .
La herencia ligada al cromosoma X quiere decir que el gen que causa el rasgo o el trastorno se localiza en el cromosoma X .
Cabe recordar que las mujeres poseen dos cromosomas X mientras que los hombres poseen un cromosoma X y un cromosoma Y. Los genes del cromosoma X pueden ser recesivos o dominantes , y su expresión en las mujeres y en los hombres no es la misma debido a que los genes del cromosoma Y no van apareados exactamente con los genes del X.
Los genes recesivos ligados al cromosoma X se expresan en las mujeres únicamente si existen dos copias del gen (una en cada cromosoma X). Sin embargo, en los varones sólo debe haber una copia de un gen recesivo ligado al cromosoma X para que el rasgo o el trastorno se exprese.
Por ejemplo, una mujer puede ser portadora de un gen recesivo en uno de sus cromosomas X sin saberlo y transmitírselo a su hijo, que expresará el rasgo o el trastorno.
Entre los ejemplos de trastosnos recesivos ligados al cromosoma X se destacan los casos del daltonismo y la hemofilia , enfermedades provocadas por un gen recesivo situado precisamente en el segmento diferencial del cromosoma X.
Recalcamos que, debido a su ubicación, para que una mujer padezca la enfermedad debe ser homocigota recesiva (tener el gen recesivo en ambos cromosomas X) , mientras que en los hombres basta con que el gen recesivo se encuentre en el único cromosoma X que tienen.

Daltonismo

Esta enfermedad, determinada por un gen recesivo del cromosoma , es una anomalía que consiste en la incapacidad de distinguir los colores rojo y verde. Se suele llamar también ceguera para los colores, y hay muchos tipos.
La enfermedad fue descrita por una persona afectada, el químico inglés John Dalton , en 1794. El nombre de esta alteración hace referencia, precisamente, a este científico.
Como ya dijimos, el gen responsable de la enfermedad es recesivo y su presencia origina el daltonismo en el hombre, mientras que la mujer que lo posee es portadora y no lo manifiesta. Para que una mujer sea daltónica es necesario que tenga genes del daltonismo en los dos cromosomas X (homocigota) , lo cual es bastante poco frecuente.
La agudeza visual (la capacidad de ver) del daltónico es normal. No existen grandes complicaciones; sin embargo, los individuos afectados pueden no ser considerados para ciertos empleos relacionados con el transporte o las Fuerzas Armadas en donde es necesario el reconocimiento de colores.
Este trastorno es 16 veces más frecuente en los hombres que en las mujeres, debido a que el gen se localiza en el cromosoma X (que es uno solo en el hombre y son dos en las mujeres; por tanto; la mujer tiene mayores posibilidades de tener el gen dominante para la visión normal en uno de los cromosomas X).
Recordemos que dominante es el alelo que se expresa y se designa con mayúscula.
Recordemos, además, que el alelo recesivo sólo se expresa cuando no está presente el dominante y se designa con minúscula.
Si caracterizamos con una letra N mayúscula (normal) la condición del cromosoma que lleva el el gen dominante que caracteriza la visión normal (sin daltonismo en nuestro caso), y con una d minúscula la tenencia del cromosoma con el el gen recesivo para el daltonismo, las posibles combinaciones que se pueden dar son:
Recordemos que el cromosoma Y es más corto que el X y por ende es vacío en la parte donde se halla el gen que determina la visión normal).

1. Madre normal  (X ) y padre normal (X Y):
N
N
N
N
N
Y
Y
Y
Ninguno de sus hijos (hombres y mujeres) será daltónico ni portador.
2. Madre normal (X ) y padre daltónico (X Y):
N
N
d
N
N
Y
Y
Y
Todas las hijas portadoras (100 por ciento) y todos los hijos hijos normales (100 por ciento).
La combinación descrita se grafica en la imagen siguiente, donde el gen recesivo del daltonismo se identifica con la equis en rojo (X) :
x
Solo hijas portadoras, hijos no afectados.


3. Madre portadora y padre normal:
d
N
N
d
N
Y
Y
Y
El 50 por ciento de sus hijas seran portadoras y el 50 por ciento de sus hijos seran daltónicos.
La combinación descrita se grafica en la imagen siguiente, donde el gen recesivo del daltonismo se identifica con la equis en rojo (X) :
x
Hijas e hijos, unos sanos, otros portadores.


4. Madre portadora y padre daltónico:
d
N
d
d
N
Y
Y
Y
El 50 por ciento de hijas portadoras, 50 por ciento hijas daltónicas, 50 por ciento hijos daltónicos, 50 por ciento hijos normales.
5. Madre daltónica y padre normal:
d
d
N
d
d
Y
Y
Y
Todas las hijas portadoras y todos los hijos daltónicos.
6. Madre daltónica y padre daltónico:
d
d
d
d
d
Y
Y
Y
Todos los hijos (hombres y mujeres) daltónicos.
Estadísticamente, lo más habitual es la madre portadora con un padre normal.

Analicemos un caso:
¿Qué tipo de visión tendrá la descendencia de una mujer de visión normal cuyo padre era daltónico (por lo tanto es portadora)  y un hombre daltónico cuyo padre era también daltónico?
¿Cuáles serám sus genotipos y fenotipos?
Solución:
Sabemos que el daltonismo depende de un gen recesivo localizado en el segmento diferencial del cromosoma X.
Para esta enfermedad las mujeres pueden ser homocigóticas (X o X heterocigóticas (X ).
Debidos a que el alelo que determina el daltonismo es recesivo (d) , las mujeres heterocigóticas son portadoras sin padecerla y las homocigóticas son daltónicas. Por el contrario, los hombres sólo pueden ser homocigóticos para la enfermedad (X Y) o (X Y), por lo que, si portan el alelo recesivo causante del daltonismo, siempre la padecen.
Partiendo de esta explicación el planteamiento del problema es el siguiente:
Identifiquemos los cromosomas como
N: normal
d: daltonismo
Partiendo que la mujer es de fenotipo normal (no manifiesta la enfermedad) pero de padre daltónico el único genotipo posible es: (portadora)
En el caso del hombre, siendo éste daltónico y de padre daltónico su genotipo es: Y
Entonces, sus combinacines son:
N
d
d
d
d
Y
Y
Y
Los genotipos y fenotipos de la descendencia son:
De las mujeres, existe el 50 por ciento de probabilidades que sean de fenotipo normal (genotipo X y otro 50 por ciento que sean de fenotipo daltónicas (genotipo X .
De los hombre, existe el 50 por ciento de posibilidades de que sean de fenotipo normal (genotipo X Y) y otro 50 por ciento de que sean daltónicos (X Y) .
Ver: PSU: Biología; Pregunta 10_2006

Hemofilia A

La hemofilia A es un trastorno en el cual la sangre no coagula adecuadamente debido a una insuficiencia del factor de coagulación llamado Factor VIII. El resultado es un sangrado abundante anormal que no se detiene, aun en el caso de una cortadura pequeña.
A las personas con hemofilia A les aparecen moretones con facilidad y pueden tener hemorragias internas dentro de las articulaciones y los músculos.
La hemofilia A ocurre en uno de cada 10.000 varones recién nacidos.
Existe un tratamiento mediante la infusión del Factor VIII (transfusión de sangre).
Las mujeres portadoras del gen pueden mostrar signos leves de la insuficiencia del Factor VIII como los moretones que aparecen con facilidad o las hemorragias que tardan más de lo normal en detenerse luego de una cortadura. Sin embargo, no todas las mujeres portadoras presentan estos síntomas.
Se cree que un tercio de todos los casos son nuevas mutaciones en la familia (no heredadas de la madre).

Herencia dominante ligada al sexo

La herencia dominante ligada al sexo tiene lugar cuando un gen anormal de uno de los padres es capaz de causar la enfermedad, aunque pueda haber un gen compatible proveniente del otro padre que sea normal. El gen anormal domina el resultado del par de genes.
Aunque la gran mayoría de las enfermedades que en la especie humana son transmitidas por genes ligados al sexo se deben, como ya vimos, a un gen recesivo , también hay ejemplos en los cuales el gen para alguna de las enfermedades es dominante , aunque los genes dominantes ligados al cromosoma X son muy poco frecuentes.
Se trata de un tipo de herencia que se caracteriza por que los varones afectados transmiten el carácter a todas sus hijas y a ninguno de sus hijos (ya que estos no reciben el cromosoma X sino que el Y, que no lleva el gen. Las mujeres afectadas, en tanto, lo transmiten a la mitad de sus hijos y a la mitad de sus hijas.
A modo de ejemplo, si hay cuatro hijos (dos varones y dos mujeres) y la madre está afectada (un X anormal y tiene la enfermedad), pero el padre no, la expectativa estadística es de:
Dos hijos (una mujer y un varón) con la enfermedad
Dos hijos (una mujer y un varón) sin la enfermedad
E
s
s
s
s
Y
Y
Y
Para mayor comprensión identificamos al gen o elelo dominante con una E mayúscula (Enfermedad) y sano o recesivo con una s minúscula (sano) .

Ahora, si hay cuatro hijos (dos mujeres y dos varones) y el padre está afectado (un X anormal y tiene la enfermedad), pero la madre no, la expectativa estadística es de:
Dos niñas con la enfermedad
Dos niños sin la enfermedad
s
s
E
s
s
Y
Y
Y
Un ejemplo de este tipo de herencia es la hipofosfatemia (raquitismo que no cede con la administración de vitamina D).

Fuente de consulta:
Profesorenlinea.cl(2015) Herencia ligada al sexo. Recuperado de: https://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/Herencia_ligada_sexo.html